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La japonesa Naomi Osaka hizo historia en el US Open


Veteranía contra juventud. Estrellato frente al anonimato. Fuerza versus velocidad. Todos estos ingredientes antecedieron lo que fue la final femenina del US Open 2018, que tuvo cara a cara a la estadounidense Serena Williams y a la japonesa Naomi Osaka.

Lo que no estaba previsto era que la joven jugadora asiática fuera la vencedora por amplio margen para adjudicarse el primer torneo importante en su corta carrera como profesional del tenis y regalarle a su país el primer Grand Slam de la historia, tanto de mujeres como de hombres.

Osaka, que está próxima a cumplir los 21 años de edad, se llevó la victoria con los parciales 6-2 y 6-4, siendo este último el más disputado por una Williams irreconocible, que incluso, llegó a irrespetar a los jueces durante el tramo final del partido, lo que le valió una sanción de un juego para facilitarle el panorama a su rival de turno.

“Yo no hago trampas para ganar. Preferiría perder. Solo te lo digo. Me has robado. Eres un ladrón y un mentiroso" fueron las palabras con las que la experimentada jugadora increpó al árbitro principal, que se vio como un acto de desesperación y frustración tras ser inesperadamente dominada por Osaka.

Para la nipona, que no se dejó opacar por el incidente de Serena, la cancha central del Arthur Ashe Stadium resultó todo un escenario propicio para escribir uno de los capítulos más emocionantes en la historia del deporte de las raquetas, pues en su primera final logró alzarse con el trofeo y lo hizo ante una de las figuras femeninas más emblemáticas de la Women's Tennis Association (WTA).

Para Williams las acciones no comenzaron nada bien. Tuvo un 38% de efectividad en el primer servicio y no encontró como agujereara la resistencia de Osaka, que le devolvió todo, incluso, con una pegada más fuerte que la suya. Fue así entonces como rápidamente del 1-1 inicial la eventual campeona tomó una ventaja rápida de 5-1 durante el primer set.

Tras ese soberbio desempeño, la japonesa puso en aprietos a la local, pues en este 2018 ganó todos y cada uno de los 31 desafíos en los que tomó la delantera. Williams, con su irrefutable calidad, pero que los años se han encargado de mermar, intentó revertir el marcador; sin embargo, su concentración se vio afectada ante los señalamientos que consideró incorrectos por parte del árbitro portugués Carlos Ramos y dicha situación condicionó su desenlace final.

Sobre el final del segundo set Osaka tuvo un titubeo y Williams le igualó el juego a cuatro, pero la novel raquetista reaccionó de inmediato para salvaguardar el triunfo y asegurar el legendario título, que la ubica ahora como apenas la segunda jugadora nacida en Asia en celebrar un Grand Slam, emulando a la china Li Na, quien ganó nueve coronas internacionales entre las que destaca el Roland Garros de 2011 y el Australia Open en 2014.

fotos agencias.saka

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