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Croacia se cita con la historia


Coraje, pundonor, orgullo, desparpajo. Todos estos adjetivos probablemente sirvan para definir lo que mostró la selección de Croacia sobre la cancha para doblegar a Inglaterra 2-1 en la prórroga, y por primera vez en la historia tener la oportunidad de jugar una final de una Copa del Mundo.

Los balcánicos, que por tercer juego consecutivo necesitaron de 30 minutos más para definir el encuentro a su favor, ahora deberán enfrentarse con la favorita Francia en el último partido de Rusia 2018, que se llevará a cabo el domingo en el Estadio Olímpico de Luzhniki en Moscú.

Pero no todo fue color rosa para los croatas, que ven recompensado su gran transitar en el torneo, sobre todo en la fase de grupos. Se encontraron con una oncena británica que opuso resistencia desde el propio inicio del juego y hasta el minuto 124. De hecho, Inglaterra tomó el control del partido temprano en el juego cuando Kieran Trippier con un magistral cobro de un tiro libre los puso adelante en la pizarra.

Apenas el reloj marcaba 5 minutos en el momento en el que el volante derecho burló la barrera de Croacia con un disparo que tuvo el efecto y la altura necesaria para batir al guardameta Danijel Subasic, que tuvo que conformarse con una estirada tímida, protocolar, porque no había ninguna manera de detener el balón.

Fue un golpe sobre la mesa que retumbó en el seno del combinado que perteneció a la antigua Yugoslavia. Aunque no entraron en pánico. Ya sabían lo que era verse abajo anticipadamente, porque les sucedió en los octavos de final contra Dinamarca, y también en cuartos contra los anfitriones.

Croacia de a poco se fue sacudiendo la “bofetada” y se asentó sobre el rectángulo de juego. Luka Modric e Ivan Rakitic entraron el calor para tomar el hilo en el medio campo y con una que otra jugada llevaron peligro al arco defendido por Jordan Pickford sin poder concretar.

Expiraron los 45 minutos iniciales e Inglaterra se marchó a los vestuarios con la victoria parcial que los volvía a meter en una última instancia después de un largo tiempo. Pero esas ilusiones se fueron diluyendo conforme transcurría el tiempo de la segunda mitad.

Los dirigidos por Gareth Southgate se adormecieron. Permitiendo que Croacia se adueñara de la pelota y también del protagonismo casi en su totalidad. Modric hacía de las suyas en el centro del campo y los extremos Ivan Perisic y Ante Rebic surgieron para darle claridad de juego en el último tercio de la cancha. A tal punto, que cumplían labores defensivas, ejerciendo presión sobre los centrales ingleses que forzaron a los zagueros a cometer de errores que por instantes pusieron en aprieto al portero Pickford, quien siempre supo resolver.

Las incesantes llegadas de los croatas iba a rendir su primer gran dividendo a los 68 minutos, después de que el propio Perisic anticipara en el fondo a Kyle Walker y con la pierna levantada conectar la esférica, que vino desde un centro desde la zona derecha, y batir a Pickford con el tanto de la igualdad.

El partido cambió radicalmente desde ese punto. Croacia se envalentonó aprovechando el bajón anímico de Inglaterra y estuvo a punto de ponerse adelante por intermedio del mismo Perisic, pero el balón se estrelló con el poste izquierdo del arco rival.

Bajo una lluvia de constantes amenazas por parte de los croatas finalizaron los 90 minutos reglamentario, más el agregado, y la prórroga se le atravesó nuevamente en el camino de Zlatko Dalic y sus dirigidos.

Extenuados por el gran desgaste físico, los croatas tuvieron un inicio de tiempo extra lento, parecían querer conformarse con otra definición desde el punto penal. A Inglaterra, por el contrario, no le servía ir hasta esa instancia decisiva, por ello optaron por darle ingreso a Danny Rose en detrimento de Ashley Young y este le proporcionó frescura y claridad por el costado izquierdo, sitios desde donde provinieron varios ataques, que no pasaron a mayores.

Croacia espabiló y se animó a ir por la victoria en la etapa de prolongación y tuvo su gran recompensa al minuto 109, cuando Mario Mandzukic se benefició de otro descuido defensivo en el centro de la defensa inglesa y con un zapatazo cruzado sentenció las acciones.

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