Serena Williams se coronó por séptima vez como campeona en Wimbledon, tras vencer en la final de este sábado a la alemana Angelique Kerber, por 7-5 y 6-3, en 81 minutos. De esta manera, igualó a Steffi Graf en la lista de más ganadoras en Grand Slam, con 22 títulos.
A partir de hoy sábado, la tenista estadounidense Serena Williams número uno del mundo, es 22 veces campeona de torneos del Grand Slam. Pareciera que el tiempo no pasa para ella.
Este torneo en particular ha sido sensacional para ella y en la final supo conjurar todos los fantasmas que le venían a la mente, tras la final perdida en Melbourne (abierto de Australia) ante su rival de hoy Angelique Kerber.
Su único break en el primer set fue un golpe psicológico definitivo para decidir el partido y el destino del título, poniendo de manifiesto que la heptacampeona no encuentra quien la derroque en Wimbledon.
Angelique Kerber no pudo repetir la misma sorpresa que protagonizó a principios de año en el abierto de Australia, cuando le arrebató la gloria a Serena y se llevó su primer Grand Slam. En el juego de hoy la alemana se centró demasiado en defenderse de los ataques de su rival y no tanto en intentar ponerla en apuros, ni de forzar sus inseguridades.
A pesar de su derrota, es positivo su retorno a la élite tras haber caído en la primera ronda de Roland Garros.
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Aunque Serena Williams haya alzado ya 22 majors reconoce que cada vez que afronta una final siente temor. Eso se pudo apreciar en el juego de hoy, al mostrarse mucho menos arrolladora que en sus partidos previos ante Angelique Kerber.
La alemana hizo valer el factor psicológico de haber sido la penúltima tenista en derrotarla en una final, eso se notó en la contención de la estadounidense a la hora de afrontar el partido. Kerber, lejos de aprovechar esta coyuntura, articuló todo su tenis en la defensa y apenas tomó la iniciativa. Esta actitud, contra Serena, suele ser fatal para sus rivales, la número uno del mundo le rompió el saque por primera vez en el mismo momento que se llevaba el set (7-5).
En el segundo set Kerber se esforzó por no perder pie en la final, pero Serena Williams activó su arsenal ofensivo, metiéndole una marcha más a su servicio y mostrándose más agresiva en el resto. Fue una cuestión de tiempo para que la alemana flaqueara (lo hizo en el octavo juego) y la estadounidense pudiera igualar a otra alemana, Steffi Graf, con siete triunfos sobre la complicada hierba londinense.
Con el triunfo ( y el trofeo ) de hoy, la estadounidense Serena Williams se embolsará dos millones de libras (2,59 millones de dólares o 2,34 millones de euros) como premio por haber conquistado el título de Wimbledon.
Por su parte la alemana Angelique Kerber, recibirá la recompensa reservada para la finalista del torneo, que asciende a un millón de libras (1,29 millones de dólares o 1,17 millones de euros).