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Hoy recordamos a la vida y el legado de Roberto Clemente


Roberto Clemente nació en 1934 en Carolina, San Juan de Puerto Rico. Fue el primer latinoamericano que ingresó en el Salón de la Fama del Béisbol y el primero en alcanzar la cifra de 3.000 hits.

En 1952 Roberto Clemente comenzó a jugar en los Cangrejeros de Santurce de la Liga local puertorriqueña. Pronto se convirtió en la principal estrella del deporte en su país, por lo cual varios de los mejores equipos norteamericanos (los Bravos y los Dodgers, entre otros) pretendieron ficharle. Finalmente y por cuatro mil dólares firmó con los Piratas de Pittsburgh (1954), equipo en el que llegó a ser una de sus mayores leyendas y pieza fundamental de los triunfos logrados a finales de los cincuenta y principios de los sesenta, que incluyeron cinco títulos de la Liga Nacional y las Series Mundiales de 1960 y 1971, siendo declarado jugador MVP de esta última.

En el campeonato de 1958, Roberto Clemente consiguió la proeza de eliminar a veintidós corredores rivales. En 1966 fue elegido "jugador más valioso" de la Liga Nacional. En 1971 condujo a los Piratas al triunfo en su segunda Serie Mundial, final en las que Clemente fue la estrella indiscutible con sendas carreras en el sexto y séptimo juegos y un astronómico promedio de bateo de .414 que le valió el título de "jugador más valioso" de la final.

Durante trece temporadas superó el promedio de .300; participó en el partido del All-Star en catorce ocasiones, doce de ellas de forma consecutiva, y en otras doce ganó el prestigioso Guante de Oro. Todo ello a pesar de los problemas de espalda que le ocasionó un accidente de automóvil y que mermaron notablemente su condición física.

Mr.3000 POR SIEMPRE

Otro trágico accidente segó la vida de Roberto Clemente el 31 de diciembre de 1972, cuando se dirigía en avión hacia Nicaragua para llevar alimentos y medicinas a las víctimas del terremoto que azotó Managua, capital del país; pocas semanas antes había entrado en el privilegiado grupo de jugadores con 3.000 o más hits en su haber, una marca al alcance de muy pocos bateadores. Al año siguiente (1973) fue elegido miembro del Salón de la Fama del Béisbol Mayor.

Su admisión al Salón de la Fama fue realizada de manera expedita con la anuencia del Comisionado de la liga en ese entonces, Bowie Kuhn. Por regla general, se han establecido cinco años desde la retirada o muerte de un jugador para iniciar el proceso. El otro caso al que se aplicó esta excepción fue Lou Gehrig. Clemente se convirtió así en el primer latinoamericano en formar parte de este distinguido salón

Es por ese motivo que hoy a 43 años de su desaparición física recordamos la vida y el legado de la máxima estrella del béisbol puertorriqueño, Roberto Clemente.

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